Dibujar el mapa de una galaxia no es fácil cuando se vive en ella. En el caso de la Vía Láctea, los astrónomos descubrieron que esta pertenece a la clase de las espirales tras el descubrimiento, ocurrido hace casi un siglo, de uno de sus brazos, un lugar en dónde se originan nuevas estrellas. Las más jóvenes y brillantes iluminan dichas estructuras, de modo que esta clase de galaxias aparecen como huracanes cósmicos luminosos. Ya sabíamos que la Vía Láctea posee diferentes brazos, pero ahora un grupo de astrónomos chinos liderados por Yan Sun, del Observatorio de la Montaña Púrpura en Nankín, China, sugiere que uno de ellos la puede envolver por completo.
Conocido como Escudo-Centauro, por las dos constelaciones en las que se encuentra si se observa desde la Tierra, muchos astrónomos lo consideran uno de los brazos espirales más grandes de la Vía Láctea. En 2011, otro equipo de investigadores descubrió que surge del centro de la galaxia, se extiende hacia el lado opuesto a nuestra posición y la envuelve en sentido contrario al movimiento de las agujas de un reloj, por lo que finalmente se acerca a la zona de ubicación del sistema solar (véase la imagen). Pero según Sun y sus colaboradores, el brazo Escudo-Centauro podría llegar aún más lejos.
Gracias a un radiotelescopio de 13,7 metros de diámetro, estos científicos detectaron monóxido de carbono (uno de los componente principales de las estructuras espirales típicas de nuestra galaxia) en 48 nuevas nubes de gas interestelar, así como otras 24 que observadores anteriores ya habían identificado en el exterior de la misma Vía Láctea. Las nubes recién descubiertas se hallan aproximadamente dos veces más lejos (entre 46.000 y 67.000 años luz) que nuestro sistema solar (unos 27.000 años luz) del centro galáctico. Según publicaron en un artículo de la revista The Astrophysical Journal Letters, las 72 nubes estarían contenidas en un segmento del nuevo brazo que presenta un espesor de alrededor de 30.000 años luz. Además, este podría ser más largo y más ancho de lo que se pensaba hasta ahora. Si así fuera, daría una vuelta de 360 grados alrededor de la galaxia.
Con todo, existiría una discrepancia entre el valor que define el final del segmento hallado en 2011 y el del comienzo del nuevo. Pese a que los responsables del primero afirman que seguramente las nubes descubiertas por el equipo de Sun constituyen una nueva porción de la misma estructura, podría ser que no formaran parte del brazo Escudo-Centauro.
Si la hipótesis de los astrónomos chinos se confirmara, la Vía Láctea entraría a formar parte de la reducida clase de galaxias conocidas como «espirales de gran diseño», cuyo prototipo es la Galaxia Remolino, una de las más espectaculares del universo.
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